miércoles, 15 de abril de 2009

Cuatro


...Raúl, mirandola fijamente con esa mirada que la volvía loca, ahora estaban solos, y podía hacer lo que quisiera con él. "nunca tan lansada, no Samanta, el piensa que eres una dama, así que comportate como tal" pensó.
-Y tú, como supiste que yo vivía aquí?- preguntó.
-Un pajarito me conto.
-Apuesto a que ese pajarito se llama Melisa Baldevenito, y ahora mismo debe estar llamando a media agencia por que sabe que estamos los dos juntos en mi departamento.
-No estamos en tu departamento, estamos afuera.
-Pero estamos como a 5 metros de mi departamento, así que estamos en mi departamento, vas a pasar o no ?
-Preferiría que fuéramos a caminar, Providencia es grande y hermosa, disfrutemos de la noche.
-Ya, pero déjame guardar mis cosas por lo menos.

Samanta subió, se perfumó un poco, se lavó los dientes y bajó.
Durante todo el viaje no dijeron ni una sola palabra, no era necesario, se comunicaban algo así, como telepáticamente, hablaban sin tener que decir ni una sola palabra. Samanta no podía dejar de sonreir, quería abrazarlo, así que se sentó, y se acercó a él.

-Eres linda Samanta- dijo Raúl con mucho cariño y su voz profunda.
-Gracias, tu también eres muy lindo.

Y así, abrazados en una plaza estuvieron hasta las 11 y media de la noche. Al otro día había trabajo, así que Samanta prefirió ir a dormir un poco.
Camino a su casa tampoco dijeron nada, pero Samanta no podía parar de mirarlo, sabía el camino al frente, así que no pasó nada vergonzoso, al contrario, con él, todo parecía ser perfecto, todo el mundo, todo lo tóxico de Santiago parecía esfumarse, y ella sentía que respiraba un aire tan puro, como el primer respiro que dió en su vida.

Samanta nació un 28 de mayo de 1984, sus padres nunca se preocuparon por ella, la madre era una alcohólica buena para nada, y su padre, un mujeriego que ni siquiera estaba casado con su madre, la que si se importaba por ella, era su media-hermana mayor, Esmeralda, le pusieron así por el verde de sus ojos. Samanta amaba a su hermana, que fue, de alguna manera, su verdadera madre, que la crió, le enseñó, la alimentó. Aunque Samanta solo tuvo a su hermana hasta los 15 años, ya que cuando tenía 14, a Esmeralda le detectaron un cáncer de mama, que no tenía vuelta atrás...
De alguna manera, Raúl le recordaba a Esmeralda, por la manera en que lo amaba.


Cuando llegaron a su departamento, estuvieron casi 15 minutos, mirándose directamente a los ojos, analizandose.
Y de pronto Raúl preguntó:
-Crees en el amor a primera vista?

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