El hombro le dolía mucho, y a causa de eso, no podía mover el brazo, de seguro estaba roto, si, seguramente estaba roto. Verificó con mucho cuidado palpando, y notó que sólo tenía el hombro dislocado. Un obstaculo más, pensó.
Tomó un largo y forzado suspiro y volvió a ponerlo en su lugar. El estruendo del hueso sonando sólo lo hizo mas doloroso.
La cara le ardía, y luego de unos minutos notó que estaba completamente llena de sangre.
El lugar estaba en llamas, y por alguna razón ella no recordaba absolutamente nada.
Estaba vestida con unos jeans azules que se cubrían desde la rodilla hacia abajo por unas gruesas botas cafés. Su polera, al parecer fue blanca, o tal vez amarilla, por que con el carbón y el humo en el aire, no se distinguía muy bien el color, sin embargo era larga, le llegaba hasta un poco más abajo del glúteo.
El siseo de un gas a punto de estallar la hizo apresurarse y con dificultad incorporarse.
Corrió lo más rápido que pudo, dándose cuenta que estaba en un muy buen estado físico, y que no le costaba demasiado alcanzar una alta velocidad.
No tardó mucho en encontrar la salida, sin embargo, y por muy rápido que corrió, la explosión del gas en el interior la lanzó con fuerza hacia afuera, tanto, que la hizo golpearse contra una ventana del edificio de al frente.
Con algunos vidrios dentro de las manos, y todo el golpe, perdió el conocimiento.
-Lo que estás a punto de ver, podría arruinar tu vida, Em.- dijo el hombre.- Así que debes prometerme, no, jurarme que jamás dirás una palabra.
-Lo juro.- respondió ella.
-Prescencia el futuro!- el hombre abrió un par de puertas revelando una enorme cantidad de luz. Entonces ahí fue cuando despertó.
Era de día, y seguía en aquel edificio con el que se había estrellado la noche anterior. Miró su cuerpo, y ahora todo lo ocurrido parecía una horrible pesadilla.
-Nada?- susurró mientras notaba que todas las heridas que había tenido ya no estaban. Sin embargo, todo coincidía, ya que las cenizas del edificio de al frente aún seguían ardiendo.- Es que no hay bomberos en ésta ciudad?
Se puso de pie y con cuidado de no cortarse, atravesó la ventana rota para salir a un pequeño callejón. Miró a ambos lados.
La ciudad estaba en silencio, tanto que le era insoportable. No estaba siquiera ese común sonido de los pájaros al cantar en la mañana, nada...
Salió a la calle para ver que al parecer estaba sola, habían autos abandonados en ciertos lugares, y otros al parecer los dejaron encendidos y por falta de gasolina y batería se habían apagado, ya que aún tenían las puertas abiertas.
Cerró los ojos para intentar escuchar algo, algo más que el sonido del viento sobre los edificios.
Una radio de un auto encendida y chicharreando; Una televisión de una tienda que aún seguía encendida y tenía el pitido común; Algo extraño, parecía ser una voz humana, pero no era un sonido articulado, era... era un quejido!
Corrió con todas sus fuerzas hacia el lugar de origen, seguía muy atenta al sonido, y cuando por fin llegó notó que no estaba sóla. Para nada, habían acompañantes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario