Uno

Hace mucho, mucho tiempo, en un reino mágico muy muy lejano, llamado DeraTebula, hubo un niño, Ito era su nombre, bastante callado, y sin embargo siempre estaba riendo.

En el reino, vivían muchos niños y niñas, unos grandes, otros pequeños, unos gordos, otros flacos, unos rubios, y otros morenos, pero Ito sentía simpatía por todos.
Ito no era rencoroso, no le gustaba enojarse con la gente, por que según él, era el inicio para que existieran malos entendidos, y sólo se agrandaran las cosas. Trataba de ser simpático, amable, y cordial con quien fuera del reino. Tenía muchos amigas, amigos también, pero siempre se llevó mejor con las mujeres. Era bajo de estatura, y casi siempre hacía reir a alguien, siempre pensó que la risa es la manera de mejorar el mundo.

Cuando había que organizarse, los adultos ordenaban a los niños por edades, donde Ito tenía 15 años, lo dejaban en el segundo año, del tercer ciclo.

Por muy lindo que suene todo ésto, no lo era, en el reino, había una reina mala, horriblemente mala, una bruja que encerró a su hermana y le quitó el poder.

Sin embargo, los niños no andaban de vagos, al ser un reino mágico, debían aprender a usar la magia, no había una escuela establecida, pero se agrupaban en las organizaciones que les asignaban por su edad, y fecha de nacimiento.

El grupo en el que estaba Ito, como todo grupo mayor, tenías sus problemas internos, pero sabía salir adelante, y eran bastante unidos por lo demás. Obviamente habían pequeñas agrupaciones, pero Ito, no tenía una especial.

La trama de la historia nace un día cualquiera, bien se sabía que no era buena idea que alguien hablara con Buuta, la bruja y reina que poseía el reino, por eso no se mantenía contacto con ella, si alguien osaba contestarle de mala gana, ella lo invitaba a tomar el té a su castillo, y al otro día no regresaba, Ito, con su estúpida osadía, quiso averiguar lo que sucedía con los que iban a tomar el té...