Dos.-

La resaca del domingo era insoportable, no parecía yo misma en el espejo. Tenía ojeras tan profundas como el mismo pacífico y los ojos tan rojos como... como... como si hubiera tenido los ojos rojos.
Durante el día no pasó nada extraño, sólo limpiando y ordenando mi apartamento.
No tenía nada para hacer, y tampoco quería hacer mucho, salvo dormir, recuperar energías, pero el celular sonó.

-El deber llama.- dije para mí, asumiendo que sería Violeta o Daniela para invitarme a alguna cosa... pero no, era Jorge!- Aló?
-Angie!- me dijo con entusiasmo.- como amaneciste hoy?
-Excelente!- le dije con un tono que no era mío, al menos, no reciente.
-Genial! Tenía planeado que salieramos hoy si no te molesta, que dices?
-Ya era hora que me invitaras!- dije de nuevo con ese tono ajeno.
-Ok!- me asusté, pensé que se molestaría.- Me encanta tu entusiasmo!
-Gracias amorcito!- que mierda estoy hablando! ésta no soy yo.- Nos vemos en la tarde- asumió mi voz con un tono absolutamente grave y sensual.
-Oook.- dijo un poco confundido.- nos vemos.- y cortó

Me tomé la cabeza entre las manos para comprender que pasaba, era yo realmente la que habló recién con Jorge? Donde había quedado mi actitud idiota frente a él?
-Es que no entiendes?- dijo mi voz.
-Entender que? Oh Dios mío, estoy hablando conmigo misma, ya me volví loca!
-No estás loca Angie.- afirmó la voz.- Sólo se te ha cumplido tu deseo.
-Que deseo!? Yo no desee volverme loca!
-No estás loca, te lo repito!- dijo un poco alterada la voz, sonaba muy como yo, pero más aguda, más...- Jóven.- afirmó
-"Deseo volver a tener 22!"- susurré recordando lo que había dicho la noche anterior.
-Exacto!- afirmó la jóven voz.- Yo soy tú, pero más jóven, tengo la actitud que nunca debiste perder, esa actitud de mujer, ese caracter que nunca debiste olvidar, me tendrás hasta que logres cambiar por dentro y vuelvas a ser la mujer que siempre debiste haber sido.
-Estás loca! Yo... yo estoy bien como soy... para nada necesito tu ayuda! Además, con volver a tener 22 me referia a ser más jóven, ya sabes, como en esa película.
-"Si yo tuviera 30" con Jennifer Garner.- dijo incrédula.
-Esa misma.
-Antes la compañia de deseos hacía ese tipo de entregas, pero ahora los hacemos entregandote una nueva personalidad, es todo un pack, y solo te cobramos las 29 velas que tenias en el pastel.

Efectivamente me habían quitado las 29 velas.

-Ook.- dije tratando de calmarme.- Supongamos que te creo, que se supone que tengo que hacer ahora?
-Ahora debes cambiar.- afirmó con mucha seguridad.
-Y no puedo saber tu nombre o algo por el estilo?
-Me llamo Angela Bárbara Vergara Sanhuesa.- dijo
-Entiendo... tu eres yo...

Cerré mis ojos y traté de recordar exactamente cómo era cuando tenía 22, sólo recordaba el verano del 2003 y no me gustaba recordar eso, mi corazón dolía demasiado.

-No puedo.- dije rindiendome.- No logro recordar nada de mis 22 años! Además no quiero volver a pasar por un rompimiento de corazón! No podría resistirlo.
-Y para que crees que estoy aquí?- dijo con un tono bastante calmante.- Te ayudaré a recordar tus 22 años, y te daré consejos para que mejores tus decisiones.
-Esta bien.- dije con cansansio.- Acepto, pero que no se repita otra vez lo que hiciste con Jorge!- dije y recordé que tenía una cita con él.- Dios mío que me pondré!
-Yo te ayudaré.- dijo la voz.- Vamos a tu armario.
-Ok voz.- dije un poco confundida.- Ya sé! Te diré Pixxie!
-Pixxie es duendecito, y yo no soy ningún duende!
-Pix?- dije tratando de convencerla.
-Ok... Pix.-

Estuve bastante rato revisando distintas ropas, pero Pix me convenció de abrir unas cajas con unas viejas prendas. Aún me quedaban, por que no había crecido mucho durante los últimos 10 años, pero según yo, eran muy de niña chica.

-Lo retro está de moda hoy Angie.- decía Pixx mientras me probaba un vestido de embarazada café, con unas zandalias tacón alto amarillas
-Estás segura de ésto?- le dije.- Parezco niña de 12 años.
-Es veraniego, y es lo que usabas cuando tenías 22, y mi meta aquí cual es?
-Que tenga 22 otra vez.- dije repitiendo por enécima vez lo mismo que me había preguntado.

Cuando salí a la calle me sentía tan extraña, todo el mundo me miraba demasiado.

-Te dije que ésto no funcionaria.- dije dandome la vuelta para volver a mi apartamento
-Te miran por que te vez bien, si te sientes bien, te vez bien, así es como funciona ésto.

Me di la vuelta de nuevo para volver a caminar, cuando vi a Jorge, andaba con unos pantalones de tela y una camisa de mangas cortas, una sola palabra, hermoso!

-Una sola palabra, hermoso.- dije y me asombré.- Pix!
-Qué, es lo que piensas o no?.- la escuché en mi mente ésta vez.
-Gracias.- dijo él.- Tu también luces preciosa, nunca te vi vestirte así.
-Es sólo algo nuevo que estoy probando.- titubee
-Pero que estúpida te pones frente a él!.- dijo Pix en mi mente.- Déjame a mi manejar ésto.
-Ni te atrevas.- dije
-Disculpa?- me preguntó Jorge extrañado.
-Nada, es sólo que hoy ando hablando cosas totalmente fuera de lugar. Pasamos?
-Claro.

Entramos a un restaurant bastante elegante, con música relajante de fondo y unas mesas con manteles muy adornados.

-Buenas tardes mi nombre es Raúl y voy a ser su camarero hoy.
-Raúl?- dije notando que era el Raúl de mi trabajo.- Trabajas aquí?
-Angela.- se asombró.- Que haces aquí con...- Jorge bajó la carta de su cara.- Jorge.- dijo con un tono bastante petulante.
-Hola Raúl.- Jorge fue muy gentil, o no?
-Que se van a servir?- dijo sonriendome sólo a mi.
-Creo que por ahora solo querré agua.- dije.- Pero déjanos la carta acá para ver que ordenamos de comer.
-Yo pido un jugo.
-De qué?.- replicó Raúl
-Sorpréndeme.

La conversación que tuvimos con Jorge más adelante fluyo bastante bien, con ayuda de Pix obviamente, por ahora creo que Jorge ya sabe que me estoy volviendo loca, pero eso no importa bastante. Lo que si lamento, es haber olvidado decirle a Raúl cuanto lo sentí por lo de la noche anterior.
Y ahora me tocaba ésto, aprender a tener 22 de nuevo, empezar totalmente desde cero, o desde 22, cómo quieran mirarlo, va a ser difícil, pero no es imposible...