jueves, 18 de febrero de 2010

Uno.-

El sol se escondía frente a mis ojos en aquel mar de Algarrobo; las lágrimas caían por mi rostro y me quejaba por el insoportable dolor que sentía en el pecho.
Los ojos rojos, la nariz con mocos, y el corazón hecho pedazos por la noticia de “amor de verano”.

-Ángela, cariño, tenemos que irnos!- gritó Daniela.

Ahora era oficial, el verano del 2003, había acabado, y con esto, acabó mi manera colorida de mirar la vida, el futuro prominente ahora se veía negro y oscuro; no podría seguir viviendo con el corazón roto.
Violeta me abrazó con una manta de lana para taparme del viento y caminamos juntas al auto de Daniela mientras Ángela me secaba las lágrimas.

-Cariño, deja de llorar, "aquel que merece tus lágrimas…
-…nunca te hará llorar".- la interrumpí.- Lo sé, pero por ahora, quiero desahogarme.
-Tiene razón Daniela.- afirmó Violeta.- Desahógate cariño.

En el viaje miré el cielo, y cómo el viento movía las nubes de una manera descomunal, casi como si millones de años pasaran en cuestión de minutos; metafóricamente así pasó aquél día.
Los 22 años que tenía antes del incidente fueron muy distintos cuando cumplí los 23 en adelante.
El incidente me hizo mirar el mundo con menos alegría, porque cualquiera podía hacerme daño, no es así?

.-

Salí tarde de la oficina, y me subí al auto mecánicamente al igual que los pasados 7 años. La rutina era la típica: despertar – comer – salir a trabajar – volver a la casa - comer – ir al baño – dormir…
Los fines de semana solía salir con Daniela y Violeta, a clubes a conocer a quien me interesara, pero yo no parecía estar al alcance de nadie.
El drama comenzó el día que recordé que dentro de dos días sería mi cumpleaños, y yo no había preparado nada.

-Jorge.- dije capturando su atención.- Este… me preguntaba si querrías venir a una reunión pequeña en mi casa por mi cumpleaños.- titubeé, me ponía realmente estúpida ante tan hermoso hombre.- Así que…
-Cuando?- me respondió con su dulce voz.
-El sábado.- dije.
-Oh!- me dijo con cara de preocupación.- No puedo Angie, tengo otro…
-Ok.- le interrumpí.- entiendo.

Me desanimaba la idea de que no pudiera asistir, pero tampoco me hecharía a morir, después de todo, aquel hombre inalcanzable, seguía siendo inalcanzable, y todo seguía completamente igual.
Le avisé a varios compañeros más y todos me respondían lo mismo: "tengo algo que hacer el sábado".

-Raulsito!.- recordé lo leal que era Raúl.- Estoy de cunpleaños y el sábado haré una reunión por si quieres asistir.
-Por supuesto.- me dijo arreglandose la coleta que siempre llevaba.- Asistiré sin falta.
-De acuerdo, te espero como a eso de las 8, o 9 si prefieres.
-A las 8 estaré ahí.- dijo arreglandose los enormes lentes que tenía, usaba frenos y era bastante nerd, pero era un buen amigo después de todo.
-Te espero.- le guiñé el ojo.



Tenía mucho trabajo que hacer, de manera que el día se pasó rápido, demasiado rápido según yo.
Al salir llamé por celular a Daniela, para avisarle lo del sábado, y fue bastante increíble su reacción.

-No puedo, tengo otro compromiso.- me dijo con desanimo.
-Pero eres mi mejor amiga, sabías que mi cumpleaños sería el sábado.
-Si si sabía, y lo lamento, pero tengo otras cosas que hacer.- me dijo y cortó, sin decir adiós.

Me quedaba una sola persona a la que recurrir, era la ventaja de tener dos mejores amigas.

-Violeta!- le dije cuando fui a verla a su apartamento.- Como ya sabrás el sábado es mi cumpleaños y...
-No puedo!- me dijo alterada, se paró del sillón y me empujó fuera de su apartamento.- Tengo muchas cosas que hacer, así que si no te importa!

Me cerró la puerta...
Era el colmo! Mis dos mejores amigas tenían que hacer el mismo día, y no podían siquiera estar conmigo el día de mi cumpleaños.
Es tan terrible realmente cumplir 29 años!?
Y lo peor es que había invitado a Raúl, dos horas y media con Raúl, sólos!
Digo, era divertido y todo, pero no estoy para hablar de Star Wars y Startreck toda la noche, necesito diversión, conocer gente, algo así, para poner un poco más de color a mi vida...

.-

El sábado llegó rápido con tanto papeleo y trabajo que tenía, sin embargo, por la misma razón, no me alcanzo tiempo para comprar cosas para decorar mi casa y cosas para la reunión. Logré convencer a un par de amigos del club que frecuento para que asistieran, pero entre todos, no hacíamos diez, así que no sería divertido.
En la mañana me desperté y me arreglé por que Violeta quería disculparse por la manera en que me trató, así que me llevaría de compras, para que yo eligiera lo que yo quisiera.


-Amiga, cuanto lo siento!- me dijo con pena, se le notaba un pesar en la voz.- No sabes lo horrible que estaba ese día, era el primer día de mi período y sabes lo idiota que me pongo.
-Si Violeta... Por suerte, lo sé.-


Caminamos bastante sin decir una sola palabra, solo señalando ropa que nos agradara y pequeños comentarios como "mira eso!" o "que hermoso ésto".


-Así que...- dije con recelo.- Vendrás a mi casa hoy en la noche.
-Iré.- me dijo dándose por vencida.- Que es lo que planeaste?
-Invité a los que pude invitar, por que todo el mundo parecía tener algo que hacer hoy en la noche. Acaso todo Santiago está de cumpleaños hoy?- dije exagerando la palabra "todo".
-No te preocupes, al menos estaré yo, y Daniela.
-Daniela no vendrá, ya me dijo que ella también tenía que hacer algo.
-Vendrá.- me dijo con seguridad.- Creeme que lo hará.
-Esta bien...- dije incrédula.- Te creo...


Caminamos bastante por todo el mall, y luego nos sentamos a tomarnos un helado, obviamente, Violeta pagó todo.
Cuando volviamos a mi apartamento, Violeta se me adelantó bastante, si un extraño nos veía, hubiera pensado que no veníamos caminando juntas, algo la apuraba.
Sacó rapidamente la llave de mi apartamento de mis bolsillos y entró corriendo... Yo no entendía mucho...

-SORPRESA!- gritaron todos a coro.
-Que!?- dije realmente atónita.- Oh! Muchas Gracias.


Se escuchaban por doquier los "feliz cumpleaños Angie!", y todo pareció detenerse cuando ví a Jorge frente a mí. Estaba con esa camisa azul marino y una corbata verde que hacía juego, se veía tan hermoso, como un ángel que al verme sonrió diciendome.

-Feliz cumpleaños Angie.- me abrazó.

Alguien tenía que afirmarme por que parecía que saldría volando de la emoción, era tan perfecto. Él me soltó primero, y luego asimilé que me tocaba a mi soltarlo.

-Oh...- agaché la cabeza.- disculpa, es que de la emoción, no siento ni mis piernas, mira.- dije golpeandolas.
-Jaja...- por que tenía que ser tan estúpida frente a él?- Entonces, pasa adelante, saluda a más gente.

Daniela estaba allí, y me abrazó pidiendome disculpas por haberme cortado el teléfono.

-Era necesario, podrías haber sospechado algo.- me dijo sonriendome.- Así que: Feliz cumpleaños.- me entregó una caja envuelta en un delicado papel brillante.- Es mío y de Violeta.

Era un vestido hermoso, y Violeta me había comprado los zapatos que combinaban esa misma tarde en el Mall.

-Precioso!- dije asombrada.- Oh Dios mío es hermoso! Lo usaré ahora mismo.

Me abrí paso entre la gente presente, recibiendo abrazos y felicitaciones por todos lados, hasta que logré llegar a mi habitación. Ahí pude ponerme el vestido, que encajaba perfecto!
Cuando salí, vi que Raúl había llegado con una pequeña caja.

-Raúl!- le grité, talvez muy fuerte, por que todos callaron a mirarme.
-Oh!.- dijo abriendose paso entre los cuerpos que conversaban.- Toma, es para ti, espero que te guste.
-No debiste.- le dije sonriendole.- Veamos que és...
-Angie.- me dijo Jorge.- Quieres bailar?

Y en ese preciso momento me derretí... Bueno literalmente obvio, estaba derretida de amor... Olvidé todo y a todos mientas bailaba aquel lento con Jorge...
La caja que tenía en mis manos, el regalo de Raúl, dónde esta? Acaso lo tiré al suelo? Bueno, Raúl me entenderá, si, seguro lo hará, ahora hay que disfrutar este momento.

-Silencio todos.- dijo Daniela.- Ahora llegó el momento típico e infaltable de cada cumpleaños.

Apagaron todas las luces y luego la luz tenue de 29 velas sobre un pastel pasó frente a todos en la sala, todos entonaban la universal melodía del "cumpleaños feliz".

-Pide un deseo.- me dijo Violeta.

Un deseo, podría pedir que Jorge me amara? No... no con mi personalidad, tenía que cambiar la perspectiva de ver mi vida... Mis 29 tienen que ser mejores que cualquier año anterior, tengo que encontrar al indicado durante éste año, pero no con mi manera de ver las cosas. Siempre negativo, no... desearía tener 22 otra vez... Si! desearía poder ver mi vida a colores, ese color rosa que llenaba todos mis días, tener ese futuro prominente otra vez, y olvidar todo prejuicio que alguna vez haya hecho

-Deseo tener 22 otra vez.- susurré y junté aire en mis pulmones para apagar las velas...

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