Aquella mañana fue una mañana exquisita.
El té estaba a la temperatura exacta, ni más caliente, mi más frío; los huevos contenían la cantidad exacta de sal y aceite, y podía degustar cada sabor que me daba al masticarlo, disfrutar cada sabor con una calma enorme.
Disfruté de una larga charla con mi hermana, muy a gusto, callando en los momentos en los que debíamos callar, y reir en los momentos en los que debíamos reir, pero, tenía que afrontar el tema y contarle acerca de lo que tenía planeado hacer.
-Hoy iremos a Beverly Hills, es un poco largo el viaje, pero valdrá la pena te lo aseguro...
-No quiero.- la interrumpí.
-Que?- me dijo con más curiosidad que desanimo.
-Quiero salir sola hoy.- le dije con amabilidad para no herirla.
-Por qué?- dijo un poco avergonzada.-No... no te gusta salir conmigo?
-Oh... No, no es eso Ashley, creeme que disfruto mucho nuestro tiempo juntas.- respondí.- Pero tengo otros planes.
-Vas a ir a algún bar o algo así, por que conozco bastantes bares.
-No...- dije y me puse de pie para buscar el mapa que había comprado la noche anterior.- Tengo éste mapa, no se cuan exacto es, pero me muestra la ubicación de la casa de Jack...
-Jack Carlton?- dijo un poco asombrada.
-Si Ashley, iré a ver a Jack, a confesarle que aún lo amo, y estoy muy segura que él todavía me sigue amando.
-No Debbie, no puedes ir con él.- me dijo acercandose a mí para abrazarme.
-Pero yo quiero ir.- le dije esquivando su abrazo.- Creeme que necesito verlo y darme cuenta por mi misma si estoy comentiendo un error o no.
-Debbie no te dejaré ir.- me dijo con firmeza.- Vas a salir muy dañada.
-Déjame intentarlo...
-Es que Debbie, hay algo más que tu no sabes de Jack.
-Entonces, lo averiguaré por mi misma cuando hable con él.- le dije y me encerré en la habitación para vestirme y poder salir.
Ashley trató de detenerme, pero sus intentos fueron inútiles, estaba absolutamente decidida a encarar a Jack, y decirle la verdad.
Durante el viaje, me imaginé un montón de cosas que podrían pasar, malas y buenas, algunas muy buenas, y otras horrible, como pesadillas. Pero creo que con eso logré planear cualquier respuesta a alguna pregunta que me hiciera Jack. En pocas palabras, estaba preparada para todo.
Me imaginaba que Jack viviría en una casa enorme, con un jardín enorme, sin embargo, lo que se posaba ante mí, era un edificio, bastante alto, pero aún así, acogedor. Al entrar estaba el que al parecer era el guardia.
-Puedo ayudarla señorita?- me dijo.
-Si... Me preguntaba en que apartamento se aloja el señor Carlton.
-Jack Carlton?- me preguntó.
-Sí.- le confirme mirando los alrededores.
-Señorita, me temo que al señor Jack no le gustan los desconocidos.
-Oh! pero si yo no soy una desconocida, soy una vieja amiga de él.
-En serio?- me miró con incredulidad.
-Sí, vengo de Hackensack, solíamos ser novi...- carraspeé.- amigos.
-Por eso el encantador acento.- me dijo con una sonrisa.- Está bien, pase. Piso 34, departamento 815, pero si el señor Carlton se enoja, yo no la ví entrar.
-Ok, muchísimas gracias.- le dije y presioné el botón del ascensor.
No sabía si era por que el edificio era muy alto, o el ascensor era muy lento, pero sentí que tardó horas en subir, aunque cada vez que el indicador de piso avanzaba un número más, mi corazón se aceleraba.
Cuando salí del ascensor, mi teléfono celular sonó.
-Debbie.- me dijo Ashley con una voz afligida.- por favor, cometes un gran error.
-Ashley, ésta llamada no hará que deje de verlo, estándo tan cerca de él.- le dije.
Miré enfrente y ví que la puerta del apartamento 815 se habría. Mi corazón latió tan rápido, que sentía que incluso Ashley podía escucharlo a travéz del teléfono.
Por fin lograba ver a Jack, después de cinco eternos años, aún con su mismo corte de cabello, y esos ojos en los que me perdía cada tarde.
Escuchaba que Ashley me hablaba, pero no lograba entender lo que me decía. Jack levantó su rostro y con una cara de asombro me reconoció.
-Debbie.- murmuró y una sonrisa se reflejó en mi cara.- Que haces aquí?!- dijo atónito.
Su cara no parecía feliz ni alegre. Se devolvió hacía el departamento desde dónde salía una silueta, y la pesadilla comenzó.
Ashley seguía en el teléfono tratando de decirme algo, pero yo sólo ponía atención a aquél chico que besaba en la mejilla a Jack, y por fin pude distinguir unas palabras que provenían del celular "homosexual", fue la última palabra que escuché antes de desvanecerme y perder el conocimiento por completo, perder mi vida por completo, el dolor de mi corazón roto en mil pedazos no desapareció incluso mientras permanecí inconciente...
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