viernes, 5 de marzo de 2010

Cinco.-

Era el colmo!
Me faltaban más de la mitad de mi trabajo perdido, y del que aún no había hecho y para rematar todo, las cosas no me salían bien.
Cuando iba a medio camino me acordé que dejé el notebook sobre la mesa, cuando me devolví a buscarlo, recordé que lo había puesto en la maletera del auto!
Lo único que faltaba ahora, es que el ascensor del edificio estuviera malo, y tuviera que subir los 16 pisos caminando.
Y lo estaba! Espectacular!
Llegué al piso 8, la mitad, exhausta, así que me detuve ahí para buscar un poco de agua cuando escuché los comentarios.

-Ahí está.- decian cuchicheando entre risitas.- Te dije que era vieja.

Que!? Vieja yo!? Pero si apenas tengo 29!

-Disculpa?- dijo Pix.- Me estás hablando a mí?
-No para nada.- dijo la mujer y salió casi corriendo de mi vista.
-Que es lo que se cree, estúpida!

Ignoré a Pix y seguí subiendo, y seguía escuchando en mi mente la palabra "vieja", como un eco interminable... ViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaViejaVieja...

-Aaah!- grité.

Me tomé la cabeza con las manos y me dispuse a sentarme en un escalón.

-Estás bien.- dijo Raúl mirandome con extrañeza.- Escuché un grito así que vine a ver. Todo bien?
-Grito?- me hice la tonta.- Para nada, estas alucinando cariño.
-Ah ok.
-Uhm.- me incorporé.- Raúl?
-Si?
-Crees que soy vieja?
-Vieja?- lo consideró.- Para nada...

Sabía que no hablaba en serio, era hombre, no podría entender mi posición.

-Iugh!- dijo Pix demostrando asco.- Como puedes hablar con él?
-Es simpático.- le repliqué.- Y siempre cuida de mi.
-Si claro, es tan weirdo, no me sorprendería que aparezca debajo de tu cama uno de estos días.
-Sabes lo insoportable que te pones a veces?
-Ey, no me trates mal a mi, recuerda que yo soy tú.

Volví a ignorar lo que decía y me establecí, sin aire en mis pulmones, dentro de mi cubículo. Aún con lo de "vieja" dentro de mi mente.

-Que no estás vieja te digo!- me dijo Pix en la mente.- Te estás pasando de la raya...

En cierto modo tenía razón, era el doceavo golpe en la cabeza que me daba a propósito contra el escritorio.
Había alguien en quien podía confiar! Jorge!
Lo busqué en su cubículo, pero no estaba allí.

-Uhm.- carraspié.- Verito, sabes que le pasó a Jorge hoy?
-Jorge?- dijo sin tomarme en cuenta.- Oh! Jorge, uhm, creo que estaba enfermo, en la mañana llamó para avisar que no vendría, pero no logré entenderle bien lo que trató de decir.
-Oh.- me apené.- Esta bien... Verito?
-Si, dime
-Crees que estoy vieja?
-Vieja!?- se sorprendió con la pregunta.- Bueno... que edad tienes?
-Veintinueve.
-Uhm... Y tienes novio, no es así?
-No, al menos, no oficialmente.
-Uhm... Este... No.- dijo tratando de ocultar inútilmente su tono de voz que mentía.- Para nada, eres jóven aún.
-Ok.- le sonreí sarcásticamente.

Me dirigí a mi cubículo para seguir trabajando.

-Ves?- le repliqué a Pix.- Que fue lo que te dije?
-Ella no sabe nada.
-Ella sabe por que es parte de la sociedad.
-Y desde cuando a tí te importa lo que la sociedad piense de ti?

No respondí y seguí trabajando, era pasado la hora de almuerzo, y no había logrado avanzar mucho.
El teléfono sonó unos pocos minutos después.

-Creen que estoy vieja?- dije adivinando que eran Violeta y Daniela.
-Que? Vieja?- dijeron a coro.- Como dices eso!? Eres muy jóven aún.
-Si claro, lo dicen por que son mis mejores amigas. Hablen con honestidad.
-Este...- dijo Daniela.- La verdad...
-No estás vieja cariño.- la interrumpió Violeta.- Además sabes que tienes el mejor cuerpo de las tres.
-Eso no importa si el mundo cree que soy una solterona.
-No eres una solterona!- dijo Violeta.
-Eso sólo lo dices por que tienes a Pablo.
-No, bueno haha.- rió como estúpida.- Sí, pero...
-Lo que Violeta quiere decir, es que una solterona vive sola y con gatos.
-Pero tu tienes al Ignacio, Daniela!
-Haha si.- rió como estúpida también.- Pero...
-Aaah!.- me tomé la cabeza entre las manos.- Después hablamos...- colgué.

Hasta mis mejores amigas no podían negar lo innegable, estaba solterona!
Me deprimí al darme cuenta de eso y me encerré en mi habitación con una cassatta de helado de chocolate mirando películas donde Matthew Mcconaughey podía quedarse al fin con Kate Hudson.

-Para ahí mismo.- dijo Pix.- No podemos caer en lo mismo otra vez Angie!- me puse de pie
-Espera.- seguí hablando.- Pix, porque puedes controlar mi cuerpo ahora?
-Creo que estoy empezando a controlarte!
-No te atrevas!- dije.
-Oh creo que sí.

Logré dar un par de pasos, y salté... ahora yo tomaría el control de las cosas, no es así Angela?

No hay comentarios: