Desperté temprano, aunque no demasiado, nadie puede apurar a una dama, ok?
Tomé el notebook y con un traje bastante juvenil y serio a la vez, con un pañuelo verde en el cuello, me dirigí a la oficina para poder avanzar en el trabajo que había perdido por culpa de una perra como Elizabeth.
El ascensor había sido reparado, y en él me encontré con Raúl. Ambos guardabamos silencio, y yo por sobre todo no quería que el me dirigiera la palabra, osea, a mí, por favor!
-Así qué.- dijo rompiendo el silencio.- Cómo estás?
-Genial.- le dije con un tono bastante cortante.- Nunca estuve mejor.
-Que bueno.- asintió.- Y que hiciste anoche?- titubeaba.
-Trabajar.
-Ah.- pensó en que seguir diciendo.- Ultimamente trabajas mucho.
-Tuve unos problemas con los archivos.-
-Problemas?- preguntó y la puerta del ascensor se abrieron.
Ignoré su pregunta y salí casi corriendo a mi cubículo.
-Angie!- me voltié con una ceja arqueada.
-Que?
-Todavía está en pie lo de anoche, no es así?
-Mira, rarito, no se qué te hace pensar que puedes salir conmigo, primero, exfoliate, segundo, frenillos? Ok... muy lindo.- continué.- y tercero, ya nadie ocupa colas de caballo, son de los años 70, así que si no te importa darling, tengo mucho trabajo que hacer.
-Angie?- preguntó otra vez
-Aléjate de Angie! Digo, de mí.
Me senté en mi cómodo escritorio para continuar con el trabajo, aún quedaba mucho que hacer, y si Elizabeth tenía más archivos que yo, el puesto sería suyo... Un momento, sólo si ella tenía más archivos...
-Estúpida, perdón me confundo de nombre a veces, como es que te llamas, perra frígida?
-Elizabeth para tí querida.
-Te busca Jorge, me dijo que te llamara luego de ese largo y acogedor beso que nos dimos en el sector del agua.
-Beso?- se incorporó enojadísima.
-Si no está en el agua, está en su cubículo, me dijo que era algo importante.- Jorge era el amor de Elizabeth también, aunque ellos estuvieron juntos un tiempo, pero Jorge la dejo por que no la complacía "emocionalmente" según él, ella no ha podido olvidarlo.
Me senté rápidamente en su escritorio que olía a leche materna, para ingresar a su ordenador y borrar todo lo posible. Por desgracia tenía una contraseña, y no logré ingresar a sus archivos, aunque por la cantidad de carpetas que veía de fondo, logré calcular, que no llevaba más avances que los míos. Me paré y corrí a la oficina del jefe.
-Verito, vino Jorge hoy?
-No, está enfermisimo, dijo que tal vez mañana llegaba.
-Genial, gracias.
Estaba saliendo de la oficina de don José, cuando éste me vio.
-Señorita Ángela, buenos días.
-Buenos días don José, cómo se encuentra hoy?
-Excelente, muy amable en preguntar, cómo van sus avances?
-Expectaculares, creo que tengo mi puesto asegurado.
-Me gusta su honestidad, la veo más tarde.
-Perra!- escuché lejos.- Trataste de entrar en mis archivos, y tienes el descaro de dejar ésto.- dijo Elizabeth señalando mi pañuelo verde.- Gran error sacarmelo del cuello ahí.
-A tus archivos?- dije fingiendo asombro.- Ese pañuelo estaba en mi cubículo. Tú tuviste el descaro de entrar a mi cubículo, e inculparme, idiota!
-Pero que pasa acá. Calma!- dijo don José.- Expliquenme lo que sucede.
-Sucede que ésta mujerzuela de aquí es una mentirosa, intentó ingresar a mis archivos para borrar mis avances, y quedarse ella con el puesto.
-Don José ese pañuelo estaba en mi cubículo, está inculpándome!- repliqué.- Además tu fuiste la que borraste la mitad de mis avances.
-OH!- exclamó con asombro don José.
-No tienes ninguna prueba de que fuí, yo, además, hubieron problemas en el sistema hace algunos días.
-Tenía mis archivos bien guardados, no podrían haberse perdido de esa manera.
Luego ambas comenzamos a gritarnos frente a don José que rompió el silencio con su potente voz.
-Silencio ambas!- dijo enojadisimo.- Debería despedirlas ahora mismo por jugar sucio!
-Pero don José...- dijimos a coro gritandonos.
-Silencio dije mierda!- continuó.- No lo haré por que ambas son excepcionales en el trabajo, ahora, la solución que tomaré, es que me entreguen la mayor cantidad de trabajo el día lunes, con la misma regla, pero me llegó a enterar que alguna le boicoteó el trabajo a la otra, y la despido de inmediato, me expresé bien?
-Si señor.- dijimos ambas con la cabeza abajo.
-Ahora, vuelvan al trabajo todos.- finalizó y entró en su oficina.
Caminaba a mi cubículo cuando Elizabeth me adelantó y me encaró.
-Esto no ha terminado. No... Esto, putita, es sólo el principio.
-Eso está por verse, rota.
Me senté y continué trabajando. De la impotencia que sentía en ese momento, me di cuenta que el celular sonaba luego de tres veces empezada la melodía.
-Quién es?!- dije con rabia.
-Uuh, mejor llamo en otro momento.- dijo Daniela.
-No Daniela, perdón, tengo rabia es todo. Que quieres?
-Estaba llamandote para confirmar lo de mañana.
-Claro, ahí estaré.- Colgué
El resto del día pasó rapidísimo, pero sentía las facturas eterna, parece que necesitaba a Ángela para ésto, ella era mucho más rápida.
-Angela?- me dije una vez estando en mi habitación, a salvo, en mi casa.
-Que quieres?
-Me puedes ayudar a avanzar en ésto?
-Devuelveme mi cuerpo
-Sabes que no puedo hacer eso.
-Entonces no te ayudaré.
-Entonces te arruinaré la vida y te avandonaré para que tú sola arregles tus problemas.
-Eres una perra!
-Lo sé.- reí.
-Dame el contro de las manos.
-Ok.
Fue entonces cuando mis manos me empezaron a golpear la cara, y rasguñaban como tratando de sacar algo de la cabeza.
Fué ahí cuando sentí que Pix estaba saliendo del cuerpo.
-Sueltame!- decía Pix
-No te soltaré hasta que me des mi cuerpo de vuelta.
-No te daré el cuerpo de vuelta!
-Entonces no te soltaré
Tenía que sacarla de mí, ahora recordaba por que deje mi "perfecta vida" de veintidós años, por que era superficial, por que me creía mucho más de lo que era, por que el mundo estaba a mis pies y no tenía humildad en absoluto.
-Sueltame te digo!
-No!- tenía que haber una manera de sacarla... Un momento, Pix era yo, y yo soy debil ante las cosquillas.
-No por favor.- gritaba ante las cosquillas que causaban mis manos.- Sueltame! Basta.
Las piernas de mi cuerpo se paralizaron, ahora podía moverlas yo!
-Basta!- gritaba mientras retomaba el control de mi cuerpo poco a poco.- Basta te digo!
-No Pix, basta tú.- le dije para sacarla del lugar más importante, mi mente.- Basta de controlar mi vida como una marioneta, tengo que aprender a tener 29 yo misma, tengo que triunfar sóla, sin tu ayuda.
-No entiendes que haces! Tu vida se acabará sin mi Angela.- gritaba mientras su voz se hacía cada vez más baja.
-Mi vida será la mejor vida, sin ti.- dije y cerré los ojos.
Un dolor sordo llenó mi cerebro y entre las puntadas, perdí el conocimiento...
No hay comentarios:
Publicar un comentario